domingo, 20 de noviembre de 2011

Viaje : Físico-Terrestre



La noche estaba fría, y la luz de la luna de a poco desaparecía al ir cerrando delicadamente mis ojos.
Ya Estaba cansada, mi recorrido aún no acababa, pero debía descansar luego de caminar 8 horas bajo el caluroso sol, ese hermoso lugar era imborrable, las plantas, pastos y hierbas verdosas le daban tanta luminosidad a lo que lograba divisar.
La naturaleza pura y su esencia de tranquilidad, la suave brisa, las casitas pequeñas y parecidas las unas a las otras, eran muy bonitas y daban un aspecto rural al paisaje.
Ese deslumbrante caballo blanco de pelo al viento, de patas largas y musculosas, que se encontraba en ese acogedor rebaño de gran espacio y pintado de color salmón.
Ya no sentía siquiera los pasos que daba al caminar, tenía un frío inmenso, y mi destino parecía 
alejarse cada vez más, quitándo así mis fuerzas de continuar, me recosté en un pastizal y mis ojos
se cerraron, dejando a mi mente dueña de mis sueños...
   
                                                                                               CAMILA LÓPEZ 

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